Un grupo de lirones trepaba diariamente a una encina cargada de bellotas. El lirón más perezoso propuso un día:
-Por qué no derribamos la encina? Entonces tendremos los frutos al alcance de la mano...
El lirón más viejo repuso con sabiduría:
-Si derribamos el árbol, ¿qué comeremos dentro de un año?.