Los padres de Tor se fueron de viaje y lo dejaron en casa de su tía Hortensia.
Alex se puso a jugar con sus canicas en el rellano de la escalera que era muy grande. Su tia lo llamó para comer y entonces recogió las canicas, pero tres de ellas se le cayeron y por pereza no las recogió. Cuando bajaba las escaleras pisó una y se cayó un buen golpe.
Su tia, con la ayuda de un vecino, lo llevó al Ambulatorio pero allí le dijeron que tenian que llevarlo al hospital. Alli le encontraron un montón de magulladuras y hematomas y también un brazo roto, por lo que tuvieron que escayolarselo.
Su tía, toda preocupada, llamó desde el mismo hospital a los padres de Alex que volvieron enseguida de su viaje.
Al cabo de un mes se le curó su brazo y sus padres decidieron que, desde entonces, siempre lo llevarian con ellos en sus viajes.